El salón de Ámbar (o cámara de Ámbar ) según la información que se puede encontrar en internet, fue una habitación situada en el Palacio de Catalina de Tsárskoye Seló (cerca de San Petersburgo), fue una lujosa habitación del zar de Rusia consistente en un conjunto de paneles de distintos tamaños, zócalos y muebles formados por miles de astillas de ámbar cuyo precio era doce veces superior al del oro.
La Cámara fue un regalo de Federico Guillermo I de Prusia al zar Pedro I el Grande para estrechar las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. Desde entonces fue ampliada y considerada el orgullo de Rusia, incluso tras la Revolución.
Durante la invasión de la URSS durante la Segunda Guerra Mundial los alemanes incluyeron la joya en la lista de obras de arte para su saqueo y la trasladaron al castillo de Königsberg, donde se perdió su rastro.
En 2003 fue remplazada por una copia, realizada con recursos de empresas alemanas, encabezadas por la compañía Ruhrgas AG. El presidente ruso, Vladímir Putin, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, la inauguraron en el final de los festejos del trescientos aniversario de la ciudad de San Petersburgo.
Este es uno de esos tesoros raros cuyo valor histórico y monetario es difícil de calcular. También me gustaría comentar que durante la guerra mundial el salón fue trasladado desde el castillo de Koñisberg hasta una ubicación desconocida tal vez fue la última pista que se tuvo de dicho salón, durante la guerra este y otros objetos de gran valor como pinturas se perdieron y que tal vez la humanidad ya no podrá disfrutar de ellas.
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